Yolanda Trillo Dono (UNIVERSIDAD DE SANTIAGO DE COMPOSTELA, FACULTAD DE VETERINARIA, DEPARTAMENTO DE PATOLOGÍA ANIMAL, 2016)
RESEÑA
El medio que rodea a los animales de producción varía entre explotaciones. De modo que, cuando se pretenden mejorar las condiciones en las que se encuentran los animales, parámetros como el diseño de instalaciones o las prácticas de manejo deben ser consideradas dentro de la evaluación del confort animal.
Esta tesis pretende describir las variaciones de algunos de los indicadores de bienestar sobre los animales así como otras variables implicadas en el manejo de las ganaderías de vacuno de leche para proporcionar una herramienta de evaluación y monitorización del trabajo al ganadero.
El primer estudio describe el bienestar de los animales a través de parámetros observables en las vacas así como el tipo de instalaciones y prácticas de manejo en 73 ganaderías de la provincia de Lugo, Galicia – España. Se realizó una auditoría en cada uno de los rebaños y en todos los animales, oscilando entre 20 y 244 vacas. Los parámetros recogidos sobre el animal incluyeron la condición corporal, lesiones del tarso, cojeras e higiene corporal, las medidas sobre las instalaciones se realizaron en las distintas áreas del establo: descanso, circulación, ventilación, alimentación y ordeño y, se cuestionó a los productores en diversas prácticas de manejo como el mantenimiento de las camas, sobrepoblación en los cubículos y pesebre, frecuencia de limpieza, protocolos del baño de pezuñas, ajustes de los sistemas mecánicos de ventilación, y el comportamiento de las vacas en el área de ordeño.
Los resultados obtenidos permitieron clasificar a las ganaderías en base a las prevalencias de cada uno de los indicadores de bienestar recogidos sobre los animales y ello permitió establecer una evaluación comparativa (benchmarking) entre todas las ganaderías.
La prevalencia de los indicadores de bienestar animal en el 25, 50 y 75% de los casos fue respectivamente: condición corporal inadecuada al estado de lactación de los animales (42, 52, 61%), lesiones del tarso (25, 40, 56%), cojeras clínicas (5, 9, 16%) y la suciedad del cuarto trasero de las vacas (63, 73, 83%). Destaca especialmente la prevalencia de vacas por ganadería con una locomoción 2 del [mediana (rango)] 28.0% (7.7 a 56.7%), lo que podría derivar en cojera si no se corrigen prácticas de manejo específicas que mejoren el confort de los animales. Una de las sospechas podría radicar en la ausencia de protocolos para el baño de pezuñas, ya que los ganaderos informaron de no utilizarlo (57.5%) o hacerlo de forma inadecuada, tal como ausencia de renovación del producto por más de un mes (31.5%) o usarlo exclusivamente cuando ellos lo consideraban necesario (10.9%). Lugo es una región especialmente húmeda (Humedad Relativa: 80 a 100%) por lo que el uso frecuente del baño de pezuñas podría ser una práctica recomendable. Otra práctica que puede contribuir con alteraciones de la locomoción es el recorte funcional de cascos, que no se realizó en base a protocolos fijos en el 49.3% de las ganaderías. En esta situación, sería conveniente una monitorización del rebaño para conocer la evolución en el tiempo y encontrar la causa de dicha prevalencia cambiando las prácticas de manejo.
Se encontró una variación considerable en el diseño de las instalaciones y otras prácticas de manejo, siendo los puntos críticos: la incidencia de la carga ganadera en los cubículos y en las trabadizas (31.5% y 26.0% respectivamente), el corto espacio frontal (<90 cm en el 90.4% de las ganaderías), la escasa ventilación de los establos (presencia de telarañas y áreas de humedad en el techo así como olor a amoníaco en el 32.8% de las ganaderías, y establos totalmente cerrados o parcialmente abiertos con una apertura que representa <50% de la pared lateral, en el 98.6% de los establos), y un diseño inadecuado del área de ordeño (los pasillos del área de ordeño no tenían un diseño lineal, sino que hacían dos o más giros de >90° en el 49.3% de los casos y el 45.2% de las salas no permitieron una visualización previa de la misma antes de la entrada de las vacas), lo cual puede explicar que el 52.0% de las ganaderos salieran a buscar al menos el 15% de las vacas para entrar en la sala de ordeño.
La mayoría de las ganaderías gallegas no trabajaron de forma consistente, es decir, algunas ganaderías tuvieron prevalencias bajas en cuanto a las observaciones en los animales pero no necesariamente disponían de los mejores diseños de instalación o las mejores prácticas de manejo.
El manejo alimentario tiene importantes implicaciones en la salud del ganado lechero. Por ejemplo raciones mal mezcladas pueden llevar a que las vacas escojan de la ración las partículas finas derivando en problemas de acidosis o desplazamiento de abomaso. Además si hay errores al cargar y mezclar ingredientes críticos (e.g. sales anicónicas, minerales) se puede limitar la disponibilidad de ciertos nutrientes en el comedero. De modo que, se realizó un segundo estudio para completar parte de las prácticas de manejo en el área de alimentación.
En un segundo estudio se describe la variación en los procesos de elaboración y descarga de las raciones de alta producción en 26 ganaderías de California. Se extrajeron datos de 12 meses almacenados en un software de manejo alimentario en cada una de las ganaderías, con un tamaño de rebaño que osciló entre 1,100 y 6,900 vacas. Se describieron los parámetros relacionados con los errores de pesada y el tiempo de preparación y descarga de la ración en el pesebre.
Se observó que los niveles de error permitidos en la carga de ingredientes introdujeron una importante desviación del peso objetivo en más del 50% de las veces. Así mismo, también sucedió que entre el 0,1 y 21% de los casos se observo que las cargas no fueron completadas lo cual puede deberse a varias causas: un ingrediente que se terminó y fue reemplazado por otro o escasez de ese producto en el mercado sin existir modificación de la ración formulada. Esto toma importancia cuando los productos de temporada dejan de añadirse en la ración y/o se decide no alimentar productos caros como aditivos. Todo ello también podría explicarse por una falta de comunicación entre alimentador y/o nutricionista y/o gerente.
Algunos alimentadores demostraron buenas habilidades cargando los ingredientes, así como ser conocedores de la existencia del nivel de tolerancia, de tal forma que, en la mayoría de los ingredientes cargados eran capaces de superar el peso objetivo marcado por el nivel de tolerancia. La desviación del peso objetivo expresada en porcentaje ayuda a entender las implicaciones en la composición nutricional de la ración alimentada. Sin embargo, al evaluar el trabajo de los alimentadores, se obtiene mayor información con la desviación del peso objetivo en kilos.
Según lo esperado, el heno de alfalfa resultó ser uno de los ingredientes más difíciles de cargar con precisión y exactitud, lo cual puede deberse a las partículas adheridas entre sí formando bolas que caen arrastradas una detrás de otra durante la carga. Por el contrario, no se esperaba que la canola y el ensilado de maíz resultaran difíciles de cargar. En el caso del ensilado de maíz esto podría explicarse por el coste, siendo los ingredientes más baratos los de mayor susceptibilidad a cargarse sin cuidado. Además, el ensilado de maíz fue un componente primario de la ración total mezclada (RTM), representando entre el 26.5% (Q1) y el 38.9% (Q3) de la ración alimentada, lo cual la cantidad de alimento disponible puede dar margen a una mayor libertad de derroche o escasa importancia sobre ese ingrediente.
El heno de alfalfa representó entre un 5.4% (Q1) y un 9.9% (Q3) de la ración alimentada, mientras que la canola supuso 12.5% (Q1) y 33.0% (Q3). Las implicaciones en la composición final de la ración radican en la combinación de diferentes porcentajes de inclusión y materia seca (MS) de los ingredientes, teniendo grandes repercusiones en los ingredientes de escasa humedad. Los errores de pesada de la canola tienen un gran impacto en la composición nutricional de la dieta debido al alto contenido en MS y en este caso también el porcentaje de inclusión en la dieta que fue mayor del 33.0% (Q3).
El tiempo requerido para preparar un carro depende de múltiples factores: la proximidad de los ingredientes al centro de alimentación donde se sitúa el carro, el número de ingredientes incluidos en el carro, el peso del carro final y las habilidades del alimentador durante la conducción y la carga de ingredientes así como las posibles interrupciones que le puedan surgir durante el proceso tales como llegada de camiones con ingredientes o problemas ocasionales del carro (el software no registra las paradas durante la carga de ingredientes). El tiempo de preparación del carro puede influir en el tiempo total de mezclado, y por tanto en un mezclado y procesado del heno adecuado.
El tiempo de carga entre ingredientes fue de [mediana (rango)] 60 s (40 s to 1 min 24 s). Una vez que se carga el ingrediente, el alimentador debe dejar los restos de vuelta en el granero antes de descargar el siguiente ingrediente. Si el tiempo entre ingredientes es escaso o corto, puede deberse a que el alimentador está descargando los restos del ingrediente anterior como parte del siguiente o simplemente avanzando al siguiente ingrediente sin completar la carga anterior. En este caso, el alimentador debe tener la posibilidad de hacer un cambio manual al siguiente ingrediente, que fue el caso de las 26 ganaderías. De no saltar el ingrediente, este cambio sucedería de forma automática después de que la pesa detecta que el peso objetivo ha sido alcanzado, sin embargo existe una pausa de 15 s que marca la transición entre ingredientes, y en caso de existir una carga de ingrediente, bien no se registra en ese corto periodo de tiempo o una vez este transcurra, se contabiliza como carga del siguiente ingrediente. Con lo cual, cuando se contabiliza un tiempo entre ingredientes muy corto (< 45 s), existe una alta sospecha de engaño en el ingrediente cargado, ya que resulta imposible descargar los restos del ingrediente anterior y cargar el nuevo ingrediente en tan poco tiempo. El origen e impacto de estas acciones no se puede determinar exclusivamente a través del software y se precisa de observación a nivel de campo para confirmar la sospecha. Así es que, algunos nutricionistas pueden emplear esta medida para evaluar al alimentador. Por el contrario, largos tiempos entre la carga de ingredientes, puede deberse a la lejana localización de los ingredientes con respecto al carro u otras actividades como el sacar los ensilados desde la pared a una pila durante el proceso de carga de ingredientes.
En las ganaderías de California los alimentadores con escasa precisión durante la carga de ingredientes también fueron muy rápidos preparando la ración. Varios productores deben considerar el ajuste de los niveles de tolerancia de algunos ingredientes para mejorar la exactitud de carga del alimentador.
Finalmente, se construyeron gráficas de evaluación comparativa (benchmarking) para cada una de los parámetros descritos y se elaboró un informe de resultados personalizado para cada ganadería que participó en el estudio. De este modo, cada productor conoció la variación de resultados dentro de su ganadería y en las restantes ganaderías, valores que pudieron tomar como referencia para mejorar las prácticas manejo.
A raíz de los resultados de esta tesis la autora ha creado un espacio web dedicado al aprendizaje y formación de los trabajadores de granja motivando a la monitorización del trabajo para conseguir mayor eficiencia laboral, además apunta al Bienestar Personal como clave para alcanzar el Bienestar Animal. Para mayor información consulta www.lideresenbienestar.com